Pasar al contenido principal

Lámpara de potencia variable

Lámpara de potencia variable
He cambiado mi vieja lámpara de cultivo de 400 W y balastro electromagnético por una nueva de 600 W con un balastro electrónico en el que puedo regular la potencia en cuatro posiciones: 660 W, 600 W, 400 W y 250 W. Mi pregunta es cuándo debo usar cada una. Tengo un armario de 120x120 cm y pongo nueve plantas (tres filas de tres). ¿Crees que es el número adecuado o debería poner dieciséis (cuatro filas de cuatro)? Muchas gracias por la información y buen cultivo.
Roni

Las plantas de cannabis necesitan menos luz cuando son pequeñas. En la naturaleza, las plantas germinan en primavera, cuando la luz solar todavía no es tan intensa, y se van desarrollando al mismo tiempo que aumentan las horas y la intensidad del sol. Las plántulas recién germinadas pueden verse perjudicadas por un exceso de luz y no crecer bien. Además, si germinas en macetas más pequeñas que las definitivas las puedes poner más juntas y acercar más la lámpara, por lo que podrías conseguir incluso la misma intensidad con menos gasto eléctrico. La intensidad de luz que reciben las plantas tiene que ver con la potencia de la lámpara, pero también con la distancia a la que esté situada. Una lámpara de 400 W da la misma intensidad de iluminación a 40 cm que una de 600 W a 60 cm, pero la de 600 cubre un área mayor, pues está a mayor distancia. Lógicamente, conforme las plantas crezcan y deban trasplantarse a macetas más grandes, ocuparán más espacio y la lámpara deberá situarse más alta para que las ilumine bien; por lo tanto, será necesario elevar la potencia para que reciban la misma cantidad de luxes.

En primer lugar te aconsejo que consigas un luxómetro (un medidor de luz) o que te instales una aplicación de luxómetro en el móvil. De ese modo podrás ver en todo momento qué cantidad de luz les estás dando y no cometer errores. Mide siempre la luz a la altura de las puntas de las plantas y haz varias mediciones en distintos puntos del armario, ya que las lámparas no siempre reparten la luz homogéneamente por todo el espacio. Yo usaría la posición de 250 W para la germinación y la primera semana o dos semanas de crecimiento. Luego cambiaría a 400 W durante el resto del periodo vegetativo y no pondría la lámpara a 600 W hasta que cambiara el fotoperiodo a 12/12 para empezar la floración. Si las plantas están muy sanas y vigorosas y crees que pueden aguantar los 660 W, utiliza esa posición de máxima potencia entre la cuarta y la sexta o séptima semana de floración (en una variedad que necesite unas ocho semanas de floración), pero vuelve a bajar a 600 W durante los últimos diez a quince días. Al final de la floración las plantas no necesitan tanta luz (en la naturaleza sería otoño y el sol ya no brillaría tan intensamente) y estarán menos estresadas con algo menos de luz. Con una lámpara de 600 W sin regulación de potencia, una variedad que se mantenga durante cuatro semanas en crecimiento y ocho en floración consumirá 705.6 kW/h a lo largo de todo el ciclo de cultivo. En cambio, con este sistema el consumo se reduce hasta unos 550 kW/h, un ahorro de entre el 15 y el 20% en la factura eléctrica, lo que compensa de sobra el mayor precio que cuestan estos balastros. Lo mejor de todo es que el ahorro energético no supone un descenso en la producción, más bien es al contrario: la cosecha será mayor gracias a las dos semanas en que se eleva la potencia a 660 W.

Estas lámparas tienen otra ventaja, y es que permiten jugar con la potencia en función de las temperaturas exteriores. Por ejemplo, en verano se puede hacer una cosecha más pequeña, poniendo menos plantas y juntándolas más, y no pasar de 400 W, lo que reduce la emisión de calor en un 30% y evita que el armario se caliente demasiado.

El número de plantas óptimo depende de varios factores; el primero es el tamaño que van a alcanzar las plantas. Si usamos un periodo corto de crecimiento de unas tres semanas o variedades que crecen poco, podremos poner un mayor número de plantas, mientras que si las plantas están en vegetativo cuatro o cinco semanas o se usan genéticas de mayor tamaño, será recomendable reducir el número. Prueba con nueve y fíjate en cómo acaba el armario al final de la floración. Si queda espacio libre, pon doce plantas en la siguiente cosecha. También puedes poner doce y reducir una semana el tiempo de crecimiento y ver qué pasa. Obviamente, esto vale si cultivas la misma variedad en las dos cosechas; si cambias de genética, tendrás que ver cómo crece antes de tomar una decisión. En general, las mejores producciones se logran cuando el armario está muy lleno, pero eso también tiene inconvenientes, ya que si hay una gran densidad de plantas es más fácil que aparezcan hongos y otros problemas. Por eso siempre recomiendo empezar con pocas plantas e ir subiendo el número conforme vamos conociendo la genética y ganamos experiencia como cultivadores.

Suscríbete a Cáñamo