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Hablar con los hijos sobre cannabis
Me encuentro en una situación que probablemente muchas mamás y papás necesitamos resolver de la manera más armónica posible con nuestros hijos e hijas. Soy consumidora regular y no quiero comprar más marihuana, por lo que me gustaría cultivar para autoconsumo. Sin embargo, esta decisión pasa primero por contársela a mi hija (12 años); aunque hemos hablado con los años sobre la marihuana y mi posición a cerca del consumo, no le he contado que fumo regularmente. Es por eso que les escribo: ¿sería posible que dediquen un número de su publicación a recomendaciones de cómo contárselo a tus hijos, desde una mirada psicológica, o consejos importantes que podamos utilizar para ayudarnos a que lo entiendan y acepten? Principalmente me preocupa que luego se sienta confundida con la criminalización que enseñan en los colegios, por ejemplo, o que pueda ser discriminada o molestada por terceros que tengan la mirada retrógrada sobre la marihuana. Saludos.
Daniela

La cuestión que planteas es muy interesante: cómo deben presentarse ante sus hijos los consumidores de cannabis. En un buen número de casos, probablemente la gran mayoría, los padres consumidores suelen ocultar este hecho a sus hijos al menos hasta que éstos ya tienen una cierta edad, sobre todo por las razones que tú explicas: miedo a que no lo entiendan o que se sientan confundidos por recibir un mensaje distinto en casa y en la escuela. Sin embargo, los consumidores de tabaco, alcohol o café no se suelen ocultar de sus hijos, aunque son pocos los que hablan con ellos de su relación con estas sustancias.

Pese a que una buena parte de la sociedad no lo admita, el cannabis es una sustancia cuyo consumo conlleva muy pocos efectos secundarios negativos. Para la inmensa mayoría de los consumidores de cannabis, la marihuana solo aporta cosas positivas (relajación, diversión, creatividad). La toxicidad del alcohol o el tabaco es mucho mayor que la del cannabis y, sin embargo, su consumo está perfectamente aceptado en la sociedad, incluso frente a los niños.

En mi opinión, la mentira nunca es una forma correcta de educar a los hijos. Por otra parte, la visión que se da sobre las drogas en las escuelas e institutos se basa casi exclusivamente en el mensaje “La droga mata”, y obvia cualquier otro aspecto. No cabe duda de que se puede abusar de muchas sustancias hasta el punto de sufrir consecuencias graves, pero también es cierto que la mayoría de las personas consumen con más o menos regularidad alguna droga y casi todas lo hacen de un modo bastante sensato. Todas las sociedades humanas consumen drogas y todas rechazan el consumo abusivo y desordenado. Puede parecer difícil hablar de estos temas con los hijos pero, si no lo hacemos, formarán su opinión basándose en lo que les cuenten los amigos y en los mensajes prohibicionistas que ven en los medios de comunicación y en el colegio. Los padres podemos darles una visión más equilibrada y cierta, pero es muy importante que antes seamos sinceros con nosotros mismos. A los hijos se les educa con el ejemplo más que con las palabras; no sirve de nada recomendar una cosa y hacer la contraria. Seamos coherentes y sinceros, nuestros hijos entenderán mucho mejor. Como es lógico, el mensaje debe ser adecuado para la edad del niño y no hay que contarles más de lo que puedan entender en cada momento, pero tampoco hay que escurrir el bulto para no contestar.

Por motivos racistas y políticos, el cannabis ha sufrido una gran persecución durante las últimas décadas; la propaganda antidroga ha ido calando en la gente y, pese a que el cambio ya ha empezado, hace falta tiempo para que la visión de la población sea menos sesgada. Dentro de una o dos generaciones quizás la educación sobre las drogas sea realmente educativa pero, hoy por hoy, no es así.

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