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Aperitivo refrescante y psicotrópico

‘Tzatziki’ de guisantes con menta y Mandanga #6

Vamos a continuar este extraño verano con un símbolo nacional griego: el tzatziki. Lo tunearemos a nuestro estilo para darle el toque mágico y ese punto de originalidad que lo diferenciará de los que hayáis probado hasta ahora. Un plato nutritivo y delicioso.

Ingredientes para cuatro personas

  • 4 yogures naturales sin azúcar tipo griego
  • 1 pepino hermoso
  • 250 g de guisantes sin vaina
  • 1 diente de ajo
  • 1 limón
  • 40 ml de AOVE de Mandanga #6
  • 1 ramillete de menta o hierbabuena fresca
  • sal y pimienta negra al gusto

Elaboración

Esta maravillosa elaboración mediterránea tiene sus orígenes entre Turquía (allí se denomina cazik) y Grecia. Como casi siempre, los dos países se atribuyen su autoría. El caso es que Grecia es el que le ha dado su proyección internacional, así que diremos que es griego.

Para darle ese punch tan nuestro, he seleccionado la variedad Mandanga #6 que regalamos en la revista de agosto del año pasado. Esta maravilla hará las delicias de cualquier consumidor que aprecie el trabajo bien hecho y sepa valorar los matices de sus delicados aromas y sus suculentos sabores. Es híbrida y muy polifacética, así que sienta bien a cualquier hora del día o la noche y es compatible con cualquier actividad que quieras realizar. Para integrarla en la receta haremos un AOVE cannábico. Y como es lo que más tiempo nos va a llevar, empezaremos por él.

‘Tzatziki’ de guisantes con menta y Mandanga #6

Cogemos un bote hermético y lo llenamos a tope con los restos de manicura o cogollos, dependiendo de la potencia que queramos obtener. Cuando ya no quepa más hierba terminaremos de llenarlo con el aceite de oliva y lo reservaremos en un sitio en el que no le dé ni la luz ni la humedad. Lo dejaremos allí durante 4 o 5 semanas moviéndolo con cuidado cada 4 o 5 días. Y para finalizar lo filtramos con un colador de tela y lo reservamos. Al ser una extracción en frío no perderemos ni un ápice de aroma ni de sabor.

La receta en sí es bastante sencilla, nivel principiante. Aquí lo más importante va a ser la calidad de los ingredientes; bueno, siempre lo es, pero aquí más aún, ya que son pocos y básicos. Así que os aconsejo comprar al menos un buen yogur, un buen pepino ecológico y un buen AOVE.

Comenzaremos poniendo los guisantes a cocer al vapor o con un poco de agua con sal. Tardan muy pocos minutos en cocerse, con lo que tendréis que tener cuidado que no se os pasen de tiempo. Para fijarles la clorofila y que mantengan ese verde vivo, os aconsejo poner un poco de bicarbonato en el agua de cocción y sumergirlos en agua con hielo al sacarlos. Esto ayudará a fijarla y a que no se nos pasen. Una vez cocidos cogemos la mitad y los trituramos con un poco de AOVE y agua de la cocción hasta obtener una crema espesa. La reservamos.

Continuamos escurriendo lo mejor posible los yogures: podemos hacerlo manualmente o con la ayuda de un cedazo o tela que pueda escurrir el suero pero sin que pase el yogur. Una vez escurrido le añadimos sal y pimienta al gusto, la ralladura de medio limón, el zumo de este y el AOVE cannábico y lo mezclaremos. Después, pelamos el ajo y le quitamos el tallo del centro. Lo rallamos encima del tzatziki. Pelamos también el pepino y lo rallamos aparte para quitarle el exceso de líquido. Lo escurrimos bien, lo incorporamos y mezclamos. Por último, le añadiremos la menta fresca picadita y movemos todo muy bien. Ya podemos disponernos a ensamblarlo todo en un vaso o bol.

Comenzaremos poniendo en la base una cucharada grande de la crema de guisantes, a continuación, 4 o 5 del tzatziki y para culminar una de guisantes cocidos encima, chorrito de AOVE y hojita de menta para decorar. ¡Ya podéis empezar! Os lo podéis comer con un poco de pan de pita, unos picos o unos crudités de verdura (bastoncitos de zanahoria, pepino, pimiento, calabacín o cualquier verdura que os guste cruda).

¡Y a disfrutar! Espero que os guste y cuidadito con el mojeteo, que el mojeteo aquí tiene vuelo.

LA DOSIS CORRECTA

 Se estima que medio gramo por persona si no es usuaria de cannabis es una dosis suficiente para sentir los efectos. Si eres consumidor habitual la tolerancia hacia la sustancia activa hará que necesites el doble: un gramo. No olvides que durante la digestión el THC se convierte en una molécula más potente que propicia una experiencia retrasada y hasta tres veces más intensa que con una cantidad similar fumada. Si cuando fumamos o vaporizamos podemos apreciar los efectos a los 10 minutos y estos nos pueden durar hasta 4 horas, cuando comemos el efecto deseado tarda entre 30 y 90 minutos en mostrarse en todo su esplendor y puede llegar a mantenerse hasta 8 horas. Como es sabido, en ayunas el efecto es mayor.  Dado que no todas las hierbas son iguales y que todos somos diferentes, estos consejos sobre cantidades y efectos son orientativos. Es al comensal al que corresponde encontrar su medida. La prudencia siempre es buena consejera.  

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #272

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