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Las Dakotas: el cuento de dos hermanas

Todo el cannabis, tanto recreativo como medicinal, será legal en Dakota del Sur a partir del primero de julio del 2021. Y en Dakota del Norte casi todo es ilegal salvo algunas excepciones en su magro sistema de marihuana medicinal.

Estos estados se encuentran en la parte norte de Estados Unidos, justo en el centro. Hermanas casi gemelas, heridas con el mismo dolor, colonizadas inmisericordemente, ahora difieren en sus caminos y en su visión cannábica. Fueron tierras indígenas por cientos de años, tanto nómadas como sedentarios, hasta mediados del siglo xix. El Tratado de Yankton, firmado en 1859, cedió gran parte de las tierras de los lakotas al Gobierno de Estados Unidos. A partir de ese entonces, los habitantes originales han perdido, además de sus tierras, sus vidas. En 1861 se creó el Territorio de Dakota, que incluía partes de Idaho, Montana y Wyoming. Este territorio se dividió en los estados de Dakota del Norte y Dakota del Sur el 2 de noviembre de 1889. Los republicanos querían más peso en el Congreso y, como dominaban la región, pues pusieron de pretexto que los centros urbanos estaban muy alejados entre sí y resultaba más práctico dividir el territorio en dos estados, y, sin mucha imaginación, se decidieron por el norte y el sur. Entre los dos estados no llegan ni a los dos millones de habitantes, en una extensión vasta de cuatrocientos mil kilómetros cuadrados. Pero, como dicen en mi pueblo: a lo que te truje, Chencha, la maría.

El Sur

Sorprendentemente, todo el cannabis, tanto recreativo como medicinal, será legal en Dakota del Sur a partir del primero de julio del 2021. El 3 de noviembre del pasado año, en un histórico voto sin precedentes, se le preguntó al electorado si deseaba la legalización en ambas instancias, y votaron positivamente con un setenta por ciento a favor de la Medida 26 en el ámbito medicinal y apenas con un cincuenta y cuatro por ciento para la Adenda A, que permite el uso lúdico de la marihuana. Así, Dakota meridional se convirtió en el primer estado que fue del prohibicionismo total a la total legalización, saltándose varios pasos que evitarán el empantanamiento que sufrieron otros estados. Bueno, aún hay que esperar medio año.

Bajo esta modificación, las ventas serán gravadas con un quince por ciento extra y los mayores de veintiún años podrán poseer hasta veintiocho gramos y no más de ocho gramos de concentrados. La gente común podrá cultivar tres plantas de forma muy discreta, y no puede haber más de seis plantas por casa, de lo contrario, las multas serán de doscientos cincuenta dólares. También habrá multas por fumar en público: cien dólares.

El Norte

El Norte está lleno de frío y siempre llueve en domingo, decían Los Ilegales. Y, efectivamente, casi todo es ilegal en la Dakota septentrional, salvo algunas excepciones en su magro sistema de marihuana medicinal. Sin embargo, vaticinamos que no va a durar mucho tiempo la ilegalidad. En mayo del 2019, el gobernador republicano Doug Burgum firmó el Proyecto de Ley 1050, que redujo las penas por posesión de marihuana: menos de catorce gramos se considera una infracción menor, con multas de hasta mil dólares. El consumo ya puede acarrear treinta días de talego y multas de mil quinientos dólares. Un porro aún puede traer consecuencias graves.

En el 2016, el electorado aprobó la Medida 5, que se convirtió en el Acta de Cuidado Compasivo de Dakota del Norte. Autorizó la venta de la marihuana medicinal, pero les tomó a los legisladores dos años ponerla en práctica, así que es relativamente nueva. No solo ha tenido esos obstáculos, en el 2017 se prohibió el cultivo casero de marihuana medicinal.

Los pacientes registrados o los cuidadores designados pueden poseer hasta tres gramos y los que hayan hecho su upgrade hasta siete gramos y medio de flor en un mes. En cuanto a los comestibles y concentrados, no se pueden poseer más de cuatro gramos, una burla para pacientes terminales o los que necesitan altas dosis para paliar dolores y padecimientos.

En fin, en un año estarán rodeados de tiendas marihuaneras en Montana, Canadá y su hermana del sur. Tarde o temprano, este estado tendrá que aceptar que el cannabis es imparable. David Owen lideró la campaña Legaliza ND en el 2018, pero fracasó en el intento; solo el cuarenta y uno por ciento votó a favor. “No creo que sea ya un asunto de si eres de derechas o de izquierdas; es un asunto de sentido común”, refirió Owen. Hemos visto como algunos activistas cannábicos apoyan firmemente a Trump y sus políticas racistas. “La gente apoyará más la legalización cuando esté mejor informada; en estas últimas elecciones ya ni pudimos juntar las firmas necesarias por la pandemia, pero sí hemos seguido informando a la población; es probable que este año algo se mueva en el Congreso estatal, por lo menos que ya no sea un crimen la posesión y el uso de pequeñas cantidades”. Si no pasa nada, su organización ya está trabajando para volver a votar en el 2022. Mientras tanto, amiguitos, hay que evitar ir a este estado fascistoide.

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #279

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