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Este cannabis es una “mierda”

A nadie se le ocurriría consumir una rebanada de pan en la que hubiese moho. El problema con el cannabis es que puede estar contaminado y no ser tan visual como el ejemplo anterior. Es por esto que aunque no los veamos, pueden haber miles de microorganismos en el cannabis o sus derivados, los cuales pueden acabar en nuestro organismo.

A nadie se le ocurriría consumir una rebanada de pan en la que hubiese moho. El problema con el cannabis es que puede estar contaminado y no ser tan visual como el ejemplo anterior. Es por esto que aunque no los veamos, pueden haber miles de microorganismos en el cannabis o sus derivados, los cuales pueden acabar en nuestro organismo.

No todos los microorganismos perjudican gravemente la salud, pero fumar cannabis con grandes cantidades de los mismos es un riesgo para aquellas personas que tienen hipersensibilidad (alergia) a algún tipo de hongo o bacteria o a las toxinas que producen. Y aunque pueda sonar improbable, muchas personas padecen dicha hipersensibilidad sin ser conscientes de ello.

Aunque la combustión elimina las esporas y microorganismos, al haber una gran parte que no se está quemando, en el acto de absorber el humo podemos estar introduciendo dichos microorganismos en nuestro cuerpo.

Unas de las bacterias que pueden encontrarse en el cannabis son las enterobacterias y los coliformes. E. coli es un coliforme y habita principalmente en el intestino de los animales, por lo que su presencia en el cannabis indica que dicho producto ha estado en contacto con heces. Las enterobacterias habitan principalmente en suelos ricos en materia orgánica, aunque también pueden hacerlo en estiércol.

Cuando comencé a trabajar analizando microorganismos presentes en el cannabis, pensé que nunca iba a ver muestras contaminadas con E. coli, pero no ha sido así. Dichas muestras contaminadas suelen ser cultivos de cáñamo industrial. El motivo nunca se puede saber con seguridad, pero con mucha probabilidad es debido a que el producto ha entrado en contacto con algún tipo de estiércol. También puede deberse a la presencia, cerca del lugar de cultivo o procesado, de granjas en las que se crían animales, cuyas heces pueden acabar por diversos medios (por ejemplo, por el viento) en el producto final.

La contaminación con enterobacterias es más probable, y puede deberse a varios factores: desde dejar la cosecha en el suelo, hasta la manipulación del sustrato y el posterior contacto con las plantas.

Hay que recordar que lo ecológico no siempre es garantía de salubridad. En el cultivo ecológico se utilizan en muchos casos estiércoles y productos cuya manipulación debe hacerse correctamente para evitar que acabe en el producto final. A veces pensamos que lo natural es garantía de salud, pero recordemos que en la naturaleza hay miles de sustancias tóxicas, como, por ejemplo, los venenos.

Como apunte final, hay que tener en cuenta que los cultivos de exterior tienen una carga microbiológica mucho más alta que los de interior. Este es un motivo por el que algunas empresas farmacéuticas descartan el cultivo de exterior para su producción de cannabis.

En definitiva, las medidas higiénicas se tienen que extremar en cultivos ecológicos en los que se usan estiércoles o productos de desecho de origen animal. De no ser así, podemos acabar con un producto contaminado por boñigas o como digo en el título, por “mierda”.

Es posible analizar el cannabis para detectar y cuantificar este tipo de microorganismos, por ello cuando se acude a un club es deseable que disponga de estos datos sobre sus lotes.

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