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¿Cómo se hace el Rosin?

¿Cómo se hace el Rosin?
Me gusta mucho fumar BHO con un bong y clavo al rojo vivo, pero tiene un precio que no me puedo permitir muy a menudo. Me gustaría aprender a hacer un extracto así, pero mi novia me ha dicho que le da miedo que lo haga porque ha visto en las noticias que hay mucho riesgo de explosión. Me enseñó las fotos de un piso que estalló y se veía el interior porque las paredes habían salido volando. Me he estado informando sobre los extractos más potentes y he visto que hay uno llamado Rosin que se hace sin gas, pero no acabo de entender cómo funciona. ¿Me lo puedes explicar? Muy agradecido.
Ricardo

Tal y como dices, el Rosin es un extracto de alta potencia que se fabrica sin usar gas butano ni ningún otro disolvente, por lo que no hay riesgo de explosiones ni intoxicaciones. El BHO o butane hash oil es cada vez más popular entre los consumidores por su altísima potencia (con frecuencia, contiene entre un cincuenta y un ochenta por ciento de THC), pero su elaboración es muy delicada, pues utiliza como disolvente el gas butano, un gas que como todos sabemos es extremadamente inflamable y puede causar fuertes explosiones. Solo lo deberían fabricar expertos que sepan cómo hacerlo de una forma segura; para empezar, siempre evaporando el butano al aire libre, salvo que se usen equipos especializados de laboratorio para la recuperación del gas.

A nivel doméstico, es mucho mejor hacer Rosin, ya que no tiene ningún peligro de explosión, puesto que no se usa disolvente y por la misma razón tampoco hay que preocuparse de los restos que puedan quedar en el extracto. Para elaborarlo solo hace falta un cogollo, un trozo de papel de horno y una plancha de las que se usan para alisar el pelo. La técnica se basa en calentar rápidamente el cogollo para que la resina se funda y se vuelva líquida, de modo que pueda ser extraída y separada de los restos vegetales mediante una fuerte presión de corta duración.

Veamos cómo realizar el proceso paso a paso. Necesitamos comprar una plancha para el pelo; las hay desde veinte euros, pero pueden llegar hasta doscientos, aunque no es necesario gastarse tanto. Para un uso doméstico ocasional podemos fijarnos en la gama barata, aunque es conveniente escoger una en la que se pueda regular la temperatura o, al menos, tenga varios niveles de calor, para que podamos hacer pruebas con todos ellos y quedarnos con el que dé mejor resultado. El segundo elemento necesario es el papel de horno; se puede encontrar en rollos en cualquier supermercado. Debe ser resistente y no soltar fibras, por lo que recomendamos no comprar el más barato. Al fin y al cabo, con un rollo tendremos papel para mucho tiempo, pues solo se emplea un pequeño trozo por cada cogollo.

Los cogollos más adecuados para hacer Rosin son los de pequeño tamaño, de entre uno y dos centímetros de diámetro, pues se calientan muy rápidamente, lo que permite hacer el proceso en pocos segundos y sin que se estropee la resina. Si tenemos cogollos más grandes, conviene dividirlos en trozos del tamaño adecuado. Cortamos una tira de papel de horno de unos 8x15 cm y la doblamos por la mitad. Colocamos el cogollo dentro del papel plegado, más o menos centrado; lo mejor es usar cogollos secos pero que conserven un poco de humedad para que no se pulvericen al prensarlos, así evitaremos que los pequeños trocitos de hojas ensucien el extracto. Calentamos la plancha y la colocamos sobre una superficie firme y resistente al calor, como la encimera de la cocina; podemos colocar un trapo por debajo para no dañar la superficie si no es muy resistente. La temperatura de la plancha debe estar entre 130 y 200 ºC. Dentro de este rango, las temperaturas bajas darán un Rosin más sabroso y aromático, pero la extracción será más lenta y puede que sea necesario prensar cada cogollo más de una vez. Con las temperaturas altas, el proceso es más rápido pero el extracto suele tener menos olor porque se evaporan más terpenos a causa del calor.

A continuación, colocamos el papel plegado con el cogollo en su interior en el centro de la plancha y lo prensamos fuertemente con la plancha entre tres y cinco segundos. Lo mejor es ponerse un guante de cocina para no quemarse y apretar las placas de la plancha directamente con la mano para lograr mayor presión. El tiempo y la fuerza de la presión dependen del tipo de cogollo, por lo que conviene hacer distintas pruebas hasta encontrar la combinación que da mejores resultados. Sacaremos el papel de la plancha y lo abriremos: el cogollo estará plano como un papel y veremos gotas de extracto a su alrededor. Si vemos alguna mota de materia vegetal que ensucia el extracto, la sacamos con mucho cuidado con la ayuda de una aguja o un alfiler. Luego, dejamos reposar el papel con el Rosin, pues resulta más fácil recogerlo cuando se vuelve más denso al enfriarse. Con una aguja o un punzón vamos recogiendo las gotas y colocándolas sobre un trozo de papel de horno limpio. Cada cogollo se puede prensar dos o tres veces hasta extraer toda la resina.

El mejor Rosin se obtiene de hierba que acaba de ser cosechada y secada; es el que tiene un color más claro y un aroma fresco y floral similar al de la hierba. Cuando se emplean cogollos viejos o muy curados, el Rosin sale de un color ámbar más oscuro y el aroma se asemeja más al del hachís. La producción de Rosin depende de la variedad empleada; en las más resinosas se puede llegar a obtener el diez por ciento del peso del cogollo, pero en otras apenas se alcanza un dos o tres por ciento. Todo el proceso de elaboración lleva solo unos minutos y se puede consumir inmediatamente después, no hace falta esperar. Esto y el hecho de que se pueda hacer con solo un cogollo lo convierte, sin duda, en un sistema de extracción idóneo para el pequeño autocultivador doméstico.

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