Pasar al contenido principal

Esquejes para aumentar el número de plantas

Esquejes para aumentar el número de plantas
Querido profesor, me encanta la variedad Moby Dick de Dinafem, pero este año no he podido comprar semillas porque tienen la web parada después de que la policía les interviniese. No me explico cómo hacen algo así con uno de los mejores bancos de semillas del mundo: es para estar orgullosos, no para atacarlos. El caso es que me quedaba una semilla que tenía guardada desde el año pasado y la he germinado. Ha salido una planta preciosa pero, claro, solo una. Me gustaría tener tres o cuatro Moby Dick y he pensado que podría sacar algunos esquejes de ella. ¿Crees que es buena idea? ¿Aunque los saque más tarde les dará tiempo a crecer lo suficiente? ¿Cómo debo hacerlo? Otra pregunta: si quiero hacer una planta madre para conservar la genética para el año que viene, ¿tengo que guardar uno de los esquejes desde ahora o puedo sacar otro esqueje a alguna de las plantas en agosto o septiembre aunque estén en floración? Es que así me evitaría tener que mantener la planta madre en interior durante todo el verano. Muchas gracias.
Maroto

Sacar esquejes de las plantas en crecimiento para aumentar el número de plantas es un buen sistema para ahorrar en semillas y, aun así, disponer de muchas plantas de calidad. Las semillas compradas se siembran en abril o mayo y, una vez que las plantas tienen entre cuatro y seis semanas de edad, se les sacan algunos esquejes. Se pueden usar las puntas del tallo principal y también las ramas más bajas. De ese modo, además de obtener nuevas plantas, se realiza una poda formativa que estimula la ramificación de la planta cortando la punta central y elimina las ramas menos productivas, que son las inferiores. Estos esquejes se ponen a enraizar en un miniinvernadero (en jiffys de turba, pequeñas macetitas o cualquier otro sustrato apto para esquejes), bajo el fotoperiodo natural pero a la sombra, para que el sol no los deshidrate. La ventaja de enraizar con el fotoperiodo natural es que así no notan ninguna diferencia respecto al fotoperiodo en el que ya vivían y no se estresan. Durante los primeros tres o cuatro días, mantenemos las ranuras de ventilación del invernadero cerradas pero lo abrimos una vez al día para fumigar los esquejes con agua. Pasado este tiempo, cada día vamos abriendo un poco más la ventilación, de manera que se vayan acostumbrando a un ambiente cada vez un poco más seco. Por lo general, lo esquejes tardan entre diez días y dos semanas en enraizar. En cuanto veamos raíces los trasplantamos a macetas, pero no los ponemos al sol directamente, sino que los dejamos al menos una semana más a la sombra para que enraícen bien. Luego los acostumbramos progresivamente al sol. Obviamente, los esquejes tendrán un periodo de crecimiento más corto que las madres de las que provienen, por lo que no se harán tan grandes, pero como podemos sacar varios de cada planta, al final se puede doblar o triplicar fácilmente la producción de cada variedad sin gastar en más semillas.

Como regla general, los esquejes se sacan siempre de plantas en crecimiento, pues es mucho más fácil que enraícen, ya que en floración las plantas están dedicadas a la producción de flores y les cuesta más concentrarse en hacer raíces. De todos modos, se pueden enraizar esquejes en floración, sobre todo si no está muy avanzada, aunque lo tienes que hacer en interior y con un fotoperiodo de crecimiento de al menos 18 h de luz al día. El problema es que, además de enraizarlos luego hay que revegetarlos, es decir, mantenerlos bajo luz continua durante al menos un par de semanas para que abandonen la floración y vuelvan a la fase de crecimiento. En mi opinión, no es el mejor camino, ya que las plantas sufren bastante y no todas revegetan igual de bien, algunas no lo consiguen y puedes acabar perdiendo la genética. Creo que es mejor opción sacar esquejes justo antes de que las plantas empiecen a florecer, yo lo haría a principios del mes de julio, y mantener esos esquejes con un fotoperiodo de crecimiento. De hecho, puedes mantenerlos en exterior durante el día y, simplemente, meterlos dentro de casa en una habitación con las luces encendidas varias horas más. Si reciben unas 16-18 h de luz al día no florecen, aunque las horas de luz en interior sean sin lámparas especiales. Puedes usar este sistema mientras las temperaturas exteriores sean buenas, hasta septiembre u octubre, y no montar una sala de madres propiamente dicha hasta ese momento. Durante el otoño y el invierno, ahí sí, necesitarás una iluminación más adecuada para que las plantas madre se mantengan sanas y en crecimiento, pero tampoco hace falta usar lámparas de alta presión, unos buenos ledes son perfectos pero también puedes usar fluorescentes, siempre que los coloques bien cerca de las plantas. Cuando llegue el mes de abril, sacas esquejes de las plantas madre y una vez enraizados te los llevas al exterior para realizar la cosecha normal. En ese momento puedes sacar también las madres al exterior y cerrar la sala de madres. En julio, repites el proceso sacando algunos nuevos esquejes destinados a ser las madres para el invierno siguiente. De este modo puedes mantener la genética viva indefinidamente sin necesidad de tener una sala de madres en interior durante todo el año.

Suscríbete a Cáñamo