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“El cannabis es el elefante en la habitación: dejen de juzgar y empiecen a legislar”

La confederación de asociaciones cannábicas exigió ayer la regulación del autocultivo y los clubs en el Congreso español.
Patricia Amiguet, portavoz de la Confederación de federaciones de asociaciones cannábicas (ConFac).

La confederación de asociaciones cannábicas exigió ayer la regulación del autocultivo y los clubs en el Congreso español.

La portavoz de la Confederación de federaciones de asociaciones cannábicas (ConFac), Patricia Amiguet, se dirigió ayer a los diputados y senadores de la Comisión Mixta para el Estudio de las Adiciones para reclamar “el derecho legítimo a ser usuarias y cultivadoras de cannabis”. Con su comparecencia de ayer, las asociaciones de usuarios federadas reclamaron una vez más una legislación que ordene una realidad que ya existe en España desde hace tiempo: la de las personas cultivadoras, los grow shops, las empresas productoras de semillas y los clubes sociales de cannabis.

“La regulación es inexorable. Ha quedado demostrado que las políticas de la prohibición no han evitado que las personas consuman drogas, pero sí ha facilitado que lo hagan en condiciones no seguras”, afirmó la portavoz, nombrando Canadá, Uruguay y Malta como ejemplos de los países que ya han tomado este camino, y señalando a Luxemburgo, Alemania y República Checa como ejemplos de otros países que se han comprometido y ya están trabajando para conseguirlo.

Amiguet explicó que legislar sobre el autocultivo y los clubes de cannabis no interfiere con los convenios internacionales de estupefacientes y recordó que el modelo de clubes sociales de cannabis, originado en España, ya se ha extendido a 13 países de la Unión Europea. “La regulación del autocultivo y de las asociaciones cannábicas es posible y está en sus manos [...] es una simple cuestión de voluntad y valentía política. [...] Regularlas, regularnos, no es más que ordenar algo que ya está, que ya existe y que ya funciona”, defendió Amiguet.

“Mientras ustedes intentan convencer a la sociedad sobre lo malo que es consumir cannabis y lo poco responsables que somos las personas que lo usamos, se otorgan licencias a empresas que lo cultivan, venden y exportan a países donde sí es legal”, expresó la portavoz con visible emoción y teniendo que hacer una breve pausa para poder continuar. “Este doble rasero ejemplifica su visión sobre el cannabis: el cultivo será ilegal menos para unas pocas empresas que se puedan permitir los inalcanzables costes asociados a la obtención de licencias”, dijo Amiguet, quien más tarde en su discurso dijo que la toma de decisiones para regular el cannabis debe recaer “sobre las autoridades de la salud pública y no sobre los empresarios o aquellos que los representan”.

“Señoras y señoras, dejen de mentir, dejen de engañar en nombre de la salud pública y reconozcan que les incomodamos. El cannabis es el elefante en la habitación: todos sabemos que es una realidad pero nadie se atreve a abordarla. Dejen de juzgar y empiecen a legislar. Las injusticias y desigualdades que genera la prohibición se perpetuan en un sistema perverso que fomenta la corrupcion la delincuencia y el blanqueo de capitales a gran escala, por no hablar de las posibles derivaciones de flujo monetario al terrorismo.”

Al final del discurso, Amiguet hizo un llamamiento a todas aquellas personas usuarias, autocultivadores y asociaciones: “sumaros, movilizaros, sigamos haciendo ruido [...] hasta conseguir nuestro objetivo, una regulación del cannabis inclusiva que integre la realidad de cada una de nosotras”. Acto seguido, la portavoz mencionó con nombres y apellidos a varios activistas del cannabis que han sido condenados por la justicia española y pidió que se reconozca y repare el daño causado a las víctimas afectadas por la guerra contra las drogas en España. “Que se proclame una amnistía para todas personas presas en este país por causas no violentas relacionadas con drogas”, reclamó.

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