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Las ratas de Nueva Orleans toman el cuartel policial y se devoran el cannabis incautado

Las ratas de Nueva Orleans toman el cuartel policial y se devoran el cannabis incautado
Anne Kirkpatrick, superintendente del Departamento de Policía de Nueva Orleans.

La superintendente del Departamento de Policía, Anne Kirkpatrick, explicó que la sede está destruida por tuberías averiadas.

Luisiana es uno de los pocos estados de EEUU que todavía tiene catalogada la posesión cannabis como un delito penal. Entre los usuarios criminalizados a quienes se les confisca su marihuana y el destrozo del cuartel principal de la policía de Nueva Orleans por un problema en las tuberías, las ratas son las que más provecho están obteniendo en este contexto. Los roedores tomaron la comisaría y están devorándose las flores incautadas. 

“Las ratas se están comiendo nuestra marihuana”, dijo Anne Kirkpatrick, la superintendente del Departamento de Policía de Nueva Orleans, principal ciudad de Luisiana, en una audiencia ante el Consejo Municipal para graficar los graves problemas edilicios que tiene la comisaría. La jefa de las fuerzas de seguridad les solicitó a los funcionarios públicos que resuelvan los problemas de infraestructura en el edificio del cuartel que está destruido por tuberías destrozadas que causaron moho e infestaciones. Para tratar de convencerlos contó que los roedores asaltaron la sala de pruebas de drogas del departamento: “Están todas drogadas”, aseguró Kirkpatrick.

Si bien las ratas no podrían tener efectos psicoactivos al ingerir flores de cannabis sin pasar por el proceso de descarboxilación, no se sabe si los animales también habrían ingerido otros derivados de la planta como gominolas con THC. Lo que sí es real es que el Departamento de Policía de Nueva Orleans está en condiciones deplorables y los roedores están devorando lo que se encuentran en la ciudad. Cannabis incluido. “No se trata de la jefatura de policía. Son todos los distritos; la suciedad está fuera de serie”, dijo Kirkpatrick sobre un problema de plagas que afecta a otras ciudades de EEUU, como Nueva York. Por lo pronto, los funcionarios públicos de la ciudad más importante de Luisiana piensan alquilar un nuevo edificio para reubicar la sede y que sería más barato que arreglar el espacio actual, lo que costaría 30 millones de dólares. 

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