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‘Los grandes cárteles son las policías provinciales’

Entrevista a Carlos del Frade sobre política y drogas en Argentina

Mientras en Buenos Aires la Cámara de Diputados se vio forzada a aprobar la despenalización del cannabis medicinal y en Argentina se detiene cada vez a más gente por cultivar marihuana o fumarse un porro, Cáñamo entrevistó a Carlos del Frade, periodista, profesor universitario, legislador provincial en Santa Fe por la alianza de izquierdas Frente Social y Popular, referente de los movimientos sociales y autor de muchos libros, resultado de sus investigaciones sobre el narcotráfico y sus imbricaciones con el poder. Su obra más famosa es Ciudad blanca, crónica negra, un éxito en ventas donde narra la historia del capitalismo en los últimos cuarenta años a través de los hechos más notorios del narcotráfico en la Argentina y, fundamentalmente, en el Gran Rosario.

Mientras en Buenos Aires la Cámara de Diputados se vio forzada a aprobar la despenalización del cannabis medicinal y en Argentina se detiene cada vez a más gente por cultivar marihuana o fumarse un porro, Cáñamo entrevistó a Carlos del Frade, periodista, profesor universitario, legislador provincial en Santa Fe por la alianza de izquierdas Frente Social y Popular, referente de los movimientos sociales y autor de muchos libros, resultado de sus investigaciones sobre el narcotráfico y sus imbricaciones con el poder. Su obra más famosa es Ciudad blanca, crónica negra, un éxito en ventas donde narra la historia del capitalismo en los últimos cuarenta años a través de los hechos más notorios del narcotráfico en la Argentina y, fundamentalmente, en el Gran Rosario.

Estimado Carlos del Frade, sabemos que recientemente ha publicado un nuevo libro. ¿Cómo se llama y qué temáticas aborda?

El último libro se llama Geografía narco. El negocio del sistema, y es una síntesis de noticias que abarcan las principales provincias argentinas entre junio del 2015 y junio del 2016, con análisis e historias que dan contexto a cada una de las informaciones. Aquí se demuestra la característica de negocio paraestatal del narcotráfico.

¿Cómo fue que se acercó a la temática de las políticas sobre drogas?

Por los testimonios de sacerdotes, maestras y dirigentes de base que, sobre finales de los años noventa, ya hablaban de pibas y pibes que se mataban en los barrios por vender merca. Además, estaba convencido de que se trataba de un negocio de delincuentes de guante blanco que jamás pisaban los barrios. Esa hipocresía y el dolor de las chicas y chicos asesinados han sido, hasta el presente, los motores de las denuncias, la investigación y el estudio.

Desde su cargo de legislador provincial, ¿ha presentado algún proyecto vinculado a la política de drogas en la provincia de Santa Fe?

Sí, muchos pedidos de informes que intentan denunciar a la narcopolicía, a la complicidad de ciertos nichos de la política y del empresariado con el lavado de dinero. Y también propusimos una reforma impositiva para que en los barrios aparezcan el trabajo, el deporte, la alegría, la salud, la educación y la cultura como verdaderas herramientas de transformación y cosas concretas para empatarle a la seducción de los dos grandes negocios del sistema, que son las armas y las drogas.

¿Hubo algún cambio entre el gobierno de Cristina Kirchner y el de Mauricio Macri respecto de este tema? ¿Es posible hablar de un nuevo alineamiento del gobierno del PRO con los modelos represivos colombiano y mexicano?

Hay más diferencias en lo discursivo que en los hechos concretos; hay un mayor alineamiento del PRO con Estados Unidos pero sin mirada crítica, bajo el Plan Colombia, que luego se aplicó en México y después en Brasil. La diferencia es que el relato de Macri es el combate contra el narcotráfico, y en los discursos de Cristina, cuando inauguraba los períodos legislativos, cuesta encontrar una sola mención al negocio paraestatal del narcotráfico.

Policías custodiando la marcha al cumplirse dos años del triple crimen en Villa Moreno (Rosario), en el que Jeremías Trasante, Claudio Suárez y Adrián Rodríguez fueron asesinados por una banda de sicarios con protección policial.
Policías custodiando la marcha al cumplirse dos años del triple crimen en Villa Moreno (Rosario), en el que Jeremías Trasante, Claudio Suárez y Adrián Rodríguez fueron asesinados por una banda de sicarios con protección policial.

¿De qué modo se relacionan en la Argentina la economía legal y el narcotráfico? ¿La economía ilegal financia a la economía legal? En caso de que así sea, ¿de qué modo lo hace?

El capitalismo tiene cinco vías principales de acumulación: petróleo, armas, medicamentos, narcotráfico y trata de personas. Todas terminan blanqueando su caudal en el sistema financiero regional y mundial. Por lo tanto, hay un financiamiento de casi todas las áreas de los gobiernos.

¿Quiénes son los mayores beneficiarios de la ilegalidad de las drogas?

La ilegalidad beneficia, fundamentalmente, a los lavadores de dinero.

¿Cuáles son los grandes cárteles de la droga en la Argentina?, ¿de qué negocios puntuales se ocupan?

Los grandes cárteles son las policías provinciales. Manejan la calle y, por lo tanto, los negocios de las calles.

¿No hay ningún estamento por encima de las policías provinciales? ¿No hay en el país ningún cártel al estilo de los de Medellín, Cali, Sinaloa o los Zetas?

En la Argentina no apareció –por lo menos todavía– ningún cártel de la envergadura del de Medellín o Sinaloa. Son bandas vinculadas a las policías provinciales y hasta con algún desprendimiento de grupos extranjeros, pero no hay algo similar a lo vivido en Colombia en los años ochenta ni por asomo.

¿Por qué considera que la provincia de Santa Fe, y Rosario en particular, son el epicentro del narcotráfico en la Argentina? ¿Qué ha tenido que ver con esto la profundización del modelo agroexportador sojero con su consiguiente privatización de líneas ferroviarias, puertos sobre el río Paraná, etcétera?

La zona franca de Bolivia en el puerto rosarino recibió en abril de 1978 el primer embarque de cocaína, según sostuvo ante la justicia brasileña en el 2009 uno de los integrantes de los grupos de tareas del ejército. Desde entonces, la geografía de la provincia de Santa Fe ha sido una de las principales plataformas para consolidar el consumo interno y la posibilidad de exportación hacia Europa a través de sus puertos, tanto estatales como privados. Luego, la privatización del ex-Banco Provincial de Santa Fe, a manos de los narcolavadores hermanos Rohm, profundizó el rol del Estado santafesino para la gran geografía del lavado, hecho que luego se verificó con el desarrollo de las bandas a partir del año 2006 en adelante. Esos dineros se vuelcan, entre otras hipótesis, en el desarrollo inmobiliario de la región y también en el gran flujo de dinero que se desprende de la exportación de soja y sus derivados.

Es interesante saber que el narcotráfico se inició en la Argentina mientras se consolidaba la dictadura de Videla. La vinculación entre el gobierno militar y el narcotráfico, ¿se dio a través de casos aislados o se trató de una política de gobierno decidida por las mismas Juntas Militares?

De acuerdo a las declaraciones del exagente de la SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado) Gustavo Bueno, fue una política de Estado, ilegal y por lo tanto paraestatal, que significó la constitución de una fenomenal caja para financiar otros emprendimientos ilegales. Y eso se mantuvo con el tiempo.

¿Podemos suponer que estos sucesos ocurridos en el litoral, zona donde eran fuertes las Ligas Agrarias, hayan tenido que ver con la intención de alejar a los jóvenes de los movimientos revolucionarios de la época?

No. La democratización del consumo, la masividad de la ingesta de cocaína, se dio en los años noventa. Igualmente, es una herramienta política fenomenal porque la cabeza deja de ser propiedad de la persona para seguir la necesidad de la dependencia química. Y ahora es bienvenido ese resultado: muchas pibas, muchos pibes, dejarán de ser potenciales nuevos revolucionarios porque fueron convertidos en consumidores consumidos.

¿Por qué cree que recientemente hubo en Rosario un recrudecimiento de la violencia?, ¿se puede vincular en forma directa con el narcotráfico?

En Rosario hay más violencia por el reacomodamiento del negocio narco a partir del debilitamiento de las principales líneas gerenciales de las viejas estructuras delictivas. El treinta por ciento de los homicidios están relacionados con el narcotráfico, según dice el actual gobierno de la provincia de Santa Fe.

La Marcha mUndial de la Marihuana 2016 en Rosario concentró a más de diez mil personas. El lema fue: "Contra el narcotráfico, plántate. ¡Desplazamiento ya! Por una nueva ley de drogas"
La Marcha mUndial de la Marihuana 2016 en Rosario concentró a más de diez mil personas. El lema fue: "Contra el narcotráfico, plántate. ¡Desplazamiento ya! Por una nueva ley de drogas"

¿El narcotráfico es solo una excusa para intervenir en forma militar o policial los territorios o tiene alguna otra razón de ser? ¿Podría contarnos qué está pasando con la intervención de las fuerzas armadas nacionales (Policía Federal, Ejército, Gendarmería, Prefectura) sobre las jurisdicciones provinciales?

Estamos convencidos de que la invasión de fuerzas federales a las provincias es parte constitutiva del Plan Colombia enancada en el llamado “combate a la inseguridad y el narcotráfico”. Los resultados que han exhibido estas intervenciones en provincias como Santa Fe demuestran una disminución de los homicidios dolosos en solamente un siete por ciento. Por lo tanto, no resulta para nada significativo el aporte de esas fuerzas. Los resultados de estas intervenciones son inversamente proporcionales a la expectativa del pueblo, harto de la corrupción de las fuerzas de seguridad provinciales. Por eso creemos, tal y como sucedió en la historia de América del Sur, que las fuerzas federales producen más control social que seguridad.

Argentina, ¿es un país productor de drogas, un país de tránsito (como se suele decir) o un país de consumo?

Somos el tercer exportador de cocaína de América hacia Europa. Por lo tanto, somos un país productor sin materia prima. También tenemos un alto consumo de cocaína y drogas sintéticas; pero la principal droga y la que más mata es el automóvil. Luego el tabaco y, en tercer lugar, el alcohol. Todas drogas legales.

¿En qué consiste en la Argentina el negocio de la efedrina, precursor químico utilizado en la elaboración de la metanfetamina?

La efedrina es un negocio multinacional y paraestatal que, cuando fue prohibida su importación en México en el año 2006, inmediatamente los que manejan el mercado eligieron la Argentina como importadora y distribuidora de la misma. Por eso hoy está procesado el extitular de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR), José Ramón Granero, por haberle vendido toneladas de efedrina a cárteles mexicanos.

¿Es el consumo de “paco”, es decir, la pasta base de la cocaína, el principal problema social vinculado a las drogas en el país? ¿A qué se debió su crecimiento exponencial en la última década?

El paco es un fenómeno muy particular del Gran Buenos Aires y no tanto de otras provincias. Es la basura que queda de la producción masiva de cocaína, y por eso se da en esa parte de la geografía argentina. Su crecimiento es directamente proporcional a la ausencia de proyectos de vida y a la destrucción de identidades colectivas que enamoren a nuestros pibes y que los vuelquen a otros tipos de actividades.

¿Existe alguna propuesta en el país de paradigmas que vayan más allá de la “guerra contra las drogas”?

Estoy convencido de que ganarle al narcotráfico es ganarle al capitalismo; que hay que evitar las muertes de los pibes, y que eso se hace poniendo trabajo, salud, educación, deporte y alegría al alcance de todos en cada barrio de cada gran ciudad de la Argentina. No se le gana con botas, armas y represión. Al revés.

Movilización en barrio Ludueña (Rosario), pidiendo justicia por los asesinados en enfrentamientos entre bandas de narcos.
Movilización en barrio Ludueña (Rosario), pidiendo justicia por los asesinados en enfrentamientos entre bandas de narcos.

Me parece muy interesante su idea de que “narcotráfico” y “capitalismo” sean casi sinónimos. Una vez escuché decir en la radio que Macri intentando acabar con el narcotráfico sería como Fidel Castro entrando victorioso en La Habana, porque para acabar con el narcotráfico habría que acabar con el capitalismo. ¿Por qué cree que nuestra sociedad pareciera dispuesta a asumir el fin de la humanidad a causa del capitalismo antes que intentar ponerle fin a este sistema?

Porque el capitalismo es, por sobre todas las cosas, una formación cultural basada en el individualismo y el consumismo, pautas que mamamos desde la cuna y que, entonces, resulta difícil enfrentar. Es una titánica tarea de descolonización de la cabeza y el alma pensar en enfrentar al capitalismo, enfrentar al consumismo y al individualismo. No es sencillo, y por eso es probable que desaparezca la humanidad antes que el capitalismo.

¿Está al tanto de cómo está funcionando la reforma de la política uruguaya de drogas a partir de la promulgación de la “ley de marihuana”?

Estoy estudiando la realidad uruguaya y no tengo pruritos en la legalización del consumo, siempre y cuando haya un control sanitario del Estado.

¿Cree que una normativa de este tipo, focalizada en la despenalización y en la reducción de daños y riesgos, podría ser aplicada en la Argentina?

Estoy en contra de la penalización del consumo y del narcomenudeo, y no hay problemas en la política de reducción de daños siempre y cuando se aplique a todos los sectores sociales y no solamente a la clase media acomodada.

 

Muchísimas gracias a Tomás Astelarra, gran escritor, periodista y locutor de Traslasierra, sin cuya generosidad esta entrevista no hubiera sido posible.

Fotos: Juliana Faggi

Argentina: cultivo, política, corrupción y medicina

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #229

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